Después de desayunar en el hotel, cogemos el paraguas y a la calle. Vamos para Josefov, el antiguo barrio judío de Praga, donde aun se conservan sus sinagogas, pero para llegar allí volvemos a pasar por la Plaza de la Ciudad Vieja, donde nos quedamos prendados una vez más de su belleza.
La primera sinagoga que nos encontramos es la Maisel, donde compramos las entradas para todas las sinagogas, excepto para la Singagoga Vieja-Nueva, que se compra por separado, creo recordar que nos costó unas 380 CZK. Dentro de las sinagogas no se pueden hacer fotos, solamente en el cementerio judío, que has de comprar el "permiso" a parte.
La Sinagoga Maisel es la que menos nos ha gustado de todas, fue construida a finales del siglo XVI, y fue víctima de un incendio, lo que ha hecho que sea remodelada un par de veces. En su nave central hay una exposición de objetos judíos.
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| Sinagoga Maisel |
De ahí nos vamos a la Sinagoga Pinkas, escalofriante. Blancas paredes con los nombres, año de nacimiento y muerte de los 77.297 judíos de Bohemia y Moravia que murieron a manos de los nazis en la II Guerra Mundial, pintados en negro y ordenados por zonas geográficas.También hay una exposición de dibujos de niños que estuvieron en Terezin.
Desde aquí se accede al cementerio judío, donde seguimos con ese nudo en el estómago al ver como se amontonan las lápidas. Durante muchísimos años fue el único lugar donde se podían enterrar los judíos en Praga, y la falta de espacio hizo que los cuerpos se enterraban unos encima de otros. En el cementerio se estima que pueden haber unos 100.000 cuerpos, entre más de 12.000 lápidas. Saca tu mismo las conclusiones....
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| Cementerio Judío |
Al salir del cementerio esta la Sala Ceremonial y la Sinagoga Klaus, donde también hay una gran colección de libros hebreos y dibujos de los niños de Terezin.
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| Sinagoga Klausen |
La última que nos queda por ver (que nos incluya la entrada) es la Sinagoga Española, la más bonita de todas. Nos costó encontrarla (es la que estás más alejada), y por el camino, nos encontramos con la Sinagoga Vieja-Nueva, que solo vimos por fuera. Por esta zona hay una de las calles más "chic" de Praga, con boutiques de alta gama.
Entramos en la Singagoga Española, construida en 1868, adquiere este nombre por su decoración morisca, que puede recordar a la Alhambra de Granada. En el interior hay una exposición de la vida de los judíos en las últimas décadas.
Salimos fascinados de la sinagoga con el estómago realmente vacío, y nos metemos en la primera pizzería que encontramos a coger energía de nuevo.
Volvemos a la Plaza Vieja, a no hacer nada. Simplemente a mirar todo lo que hay alrededor, a disfrutar de aquellas vistas que tanto me han gustado. Esperamos a las 5 p.m. a ver el "gran" espectáculo del reloj astronómico. Una vez visto... vuelta al Puente de Carlos, por el que tampoco me canso de pasar, cada vez que pasas descubres algo nuevo.
Esta vez bajamos a tomarnos unas pivo a la Isla Kampa, separada de Malá Strana por un afluente del Moldava. Aunque parezca increíble es un lugar tranquilo y pintoresco a los pies del Puente.
Cerca está el muro de John Lenon, que fue pintado con grafitis democráticos y pacifistas tras la muerte de Lenon en 1980. Durante un tiempo la policía perseguía a estos artistas hasta que finalmente se decidió que podía dejarse los grafitis.
Después de un paseo por el barrio de Kampa y Malá Strana, volveeemos a cruzar el puente donde nos quedamos a ver la puesta de sol.... Sin comentarios...
Cenamos en un Mc Donald's y vuelta al hotel. Hacemos balance del día, que ha sido tranquilo pero hemos disfrutado igualmente de Praga.
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