DIA 2. 4 de Mayo . PRAGA, STARE MESTO

Vaya día amanece en Praga!!! Lloviendo con alegría... En fin, desayunamos en el hotel, y cogemos los paraguas, Oh! No! Nos hemos dejado un paraguas. Pues nada, salimos con uno, mojándonos por todos lados, y en la primera tienda compramos uno. Con este paraguas ya tenemos todos los números de parecer unos buenos guiris!! jejejeje

Qué rollo, no me gusta la lluvia, ya me parece engorroso normalmente, con lo que para visitar una ciudad como Praga aun más!!! (Tranquila... ya dejará de llover....) 

Recorremos la Plaza Wenceslao, desde donde vemos la primera torre, la Jindrisska Tower, y cambiamos el rumbo hacia esa dirección. 

Y desde la Torre Jindrisska a la Torre de la Pólvora (Powder Tower). 

Aquí empezó a llover más fuerte, y decidimos entrar a unos  grandes almacenes que estaban al lado hasta que parase de llover, si es que tenía que parar... 

Bajo la lluvia, aunque ahora con menos fuerza, seguimos paseando por las calles de Praga, hasta llegar a la Plaza de la Ciudad Vieja. En esta plaza destacan varios edificios, entre ellos la conocida Iglesia Týn, y el famoso Reloj Astronómico del antiguo ayuntamiento, donde cada hora se amontona la gente para ver salir a los 12 apóstoles. 

Iglesia Týn

Reloj Astronómico

Subimos a la Torre del reloj, y aunque el día estuviese encapotado, eso no nos quitó de disfrutar de las magníficas vistas que desde allí se veían. 

Las vistas desde la torre recogen la autenticidad de Praga, con sus tejados rojos anaranjados, y con los grandes edificios que destacan entre ellos. A lo lejos podíamos ver también el castillo de Praga, supoongo que con un día más soleado se vería todo mucho mejor. 

Nos alejamos de la Plaza dirección al Puente de Carlos, previa parada para tomar un par de cervecitas checas que al final se acabó convirtiendo en comida...

El puente, que fue diseñado en 1357 para el emperador Carlos IV, conecta el barrio de Stare Mesto con Malá Strana (Ciudad Pequeña). Como no, estaba abarrotadísimo de gente, era casi imposible pararte a hacer una foto.... A lo largo del puente hay más de 30 esculturas y junto a ellas, cada día montan sus puestos artistas y comerciantes que se ganan la vida.

Paseamos por Malá Strana, sin alejarnos mucho de la orilla del río Moldava. Es un barrio mucho más tranquilo que la Ciudad Vieja, pero no por ello menos bonito, con más zonas verdes...

Caminamos y descansamos por la orilla del río, y volvemos a cruzar el río por otro puente, no tan bonito como el Puente de Carlos.... 

La tarde no da mucho más de sí, así que volvemos para el hotel a descansar un rato antes de salir a cenar.