31 de diciembre de 2014
El último día del año y los dos primeros del 2015 los pasamos como más nos gusta, viajando, conociendo nuevas historias y costumbres.
Nuestro vuelo hacia Roma salía demasiado temprano, a las 6.10h de la mañana, pero sin duda es el mejor para aprovechar a tope el día en el destino elegido: Roma.
Llegamos al aeropuerto de Roma (Fiumicino) a las 8h, y después de barajar varias opciones nos decidimos por coger el bus que nos llevaría hasta Termini, la estación central de autobuses y trenes de Roma. Hay varias compañías que hacen el mismo recorrido, nosotros elegimos la de T.A.M., simplemente por el hecho que era el primero que salía y hacía mucho frío como para estar esperando. El billete nos costó 8 eur. i/v, y en una hora aproximadamente nos dejó en la estación. Una vez en Termini buscamos la parada del bus 64, que nos dejaba al lado del hotel.
Llegamos al hotel con la intención de dejar las maletas e irnos, porque era temprano para que nos dieran la habitación, pero justamente llegó una chica diciendo que la teníamos lista. Perfecto! Vemos nuestra habitación y muy bien, exactamente era lo que habíamos visto por booking.
El Hotel Rovere está muy cerca del Barrio de Trastevere, uno de los más bonitos de Roma, y relativamente cerca de todo lo demás. Nosotros no cogimos ningún bus para movernos por la ciudad, cuando empezamos a buscar información de Roma, vimos que existía la Roma Pass pero no nos interesó para esta ocasión ya que no íbamos a coger transporte público, y no íbamos a entrar en ningún museo ni monumento, así que no nos valía la pena.
El Hotel Rovere está muy cerca del Barrio de Trastevere, uno de los más bonitos de Roma, y relativamente cerca de todo lo demás. Nosotros no cogimos ningún bus para movernos por la ciudad, cuando empezamos a buscar información de Roma, vimos que existía la Roma Pass pero no nos interesó para esta ocasión ya que no íbamos a coger transporte público, y no íbamos a entrar en ningún museo ni monumento, así que no nos valía la pena.
Empezamos nuestro tour por Roma; cruzamos el Puente Principe y cogimos la Via dei Banchi Vecchi para enlazar con Via del Pellegrino (dos de las calles que tienen iluminación de navidad) hasta llegar a Campo dei Fiori, una plaza en la que todos los días instalan, de 7h a 13.30h, un mercado de frutas, verdura, quesos...
El origen de la plaza se remonta al año 1456, donde anteriormente había un campo de flores, ya os podéis imaginar de donde viene el nombre de la plaza.
Mercado Campo di Fiori |
Campo di Fiori |
Caminamos un poquito más, siguiendo un poco a la multitud para llegar a Piazza Navona, haciendo una pequeña parada en Piazza di Pasquino, donde está la estatua parlante de Roma, un torso mutilado, repleto de cartas donde los romanos exponen sus quejas y críticas a la administración.
En la Piazza Navona habían instalado un pequeño mercado de navidad y un carrusel, que adornaba la plaza para hacerte sentir en las fechas que estábamos. La plaza fue levantada sobre las ruinas del estadio Domiciano, donde se organizaban los juegos griegos (las olimpiadas).
En la plaza nos encontramos con:
- Iglesia de Sant’Agnese
- Palazzo Paphilj
- Fontana dei Quattro Fiumi: De Bernini, con los ríos Nilo, Ganges, Danubio y Plata que representan los cuatro continentes conocidos en la época.
- Fontana Giacomo della Porta.
- Fontana de Neptuno.
- Obelisco de la época de Domiciano para conmemorar su elección como Papa.
Piazza Navona |
Fuente Neptuno |
Saliendo del Panteon por la Via della Minerva llegamos a la Piazza della Minerva, famosa por el famoso elefantino de Bernini, que aguanta el peso del obelisco de la plaza.
Elefantino en la Piazza della Minerva |
En la plaza también nos encontramos la Basílica de Santa María sopra Minerva del s. XIII. Se construyó sobre los restos de un templo a Minerva, diosa de la antigua Roma. Aquí descansan los restos de Santa Catalina de Siena, excepto la cabeza que está en Siena.
Seguimos callejeando hasta llegar a Piazza Venezzia, donde se encuentra el mastodóntico Monumento a Vitorio Emmanuele II. Y cerca, nos encontramos con el Foro Traiano:
El frío nos estaba calando los huesos, no pensábamos que en Roma pasaríamos tanto frío, esperábamos un tiempo similar al de Barcelona, pero luego hablando con los familiares nos dijeron que esos días había hecho mucho frío también en Barcelona. Para entrar un poco en calor, decidimos buscar algún sitio para comer, y lo hicimos en el Ristorante Massenzio, a medio camino entre el Foro Trajano y el Coliseo, después de desestimar otros porque estaban llenos y no nos apetecía comer en las terrazas.... Aunque bueno, tuvimos la mala suerte que nos pusieron una mesa al lado de la puerta, y cada vez que se abría corría un airecito...
Cuando acabamos de comer pasamos por el Foro Romano, se puede hacer una visita guiada y pasear por las calles de la antigua roma. Nosotros no la hicimos, nos limitamos a ver la Antigua Roma desde los miradores. Pero debe de ser muy interesante hacer la visita.
Foro Romano |
Seguimos nuestro paseo hacia el Coliseo, pero antes nos desviamos un poco para subir a la Basílica San Pietro Vinicoli, conocida por poseer en su interior las cadenas con las que se encarceló a San Pedro en Jerusalén, y la escultura del Moisés de Miguel Angel.
Bajamos de nuevo rodeando todo el Coliseo, admirados por su grandeza e imaginándonos como, hace casi 2.000 años, tenían lugar en él los espectáculos del Imperio Romano. El Coliseo, es el anfiteatro romano más grande, que comenzó a construirse en el año 72 para acabarlo en el 80.
Coliseo de Roma |
Poco a poco íbamos cerrando el círculo de nuestro paseo del día, para dirigirnos de nuevo al hotel. Cerca del Circo Máximo, en dirección al río, estaba la Iglesia Santa Maria in Cosmedin, y su famosa Bocca de la Verità, aunque este no es su emplazamiento original, sino que se encontraba en la Plaza de la Bocca. Cuenta la leyenda que esta enorme máscara de piedra mordía la mano a todo aquel que mentía. Nosotros no hicimos la cola para comprobar si mordía o no... ^_^ hacía demasiado frío para esperar allí.
Justo enfrente está el Forum Baorium, a orillas del río, plaza en la cual se instalaba el mercado de animales de la Antigua Roma. Aquí nos encontramos con la Fontana di la Bocca de la Verità helada, el Templo de Hércules y el Templo de Portuno.
Fontana di la Bocca de la Verita, al fondo la Iglesia Sta. Maria en Cosmedin |
Templo de Hércules |
Caminamos por la orilla del río hasta la altura de la Isola Tiberina, para cruzar por el Ponte Fabricio y pasar por la isla que se veía realmente bonita, con la noche cayendo. Cruzamos al otro lado del río, donde está el Barrio de Trastevere, que volveríamos en otro momento, ahora tocaba ir al hotel, descansar un poco y arreglarse para la noche de fin de año.
Para cenar escogimos La Locanda del Pellegino, que habíamos visto por la mañana y no tenía mala pinta, y a un precio decente (nos costó 78 euros). Nos presentamos allí sin reserva, y sin ningún problema nos buscaron un hueco. Cuando acabamos de cenar hicieron una especie de guateque para dar la bienvenida al 2015, pero nosotros nos fuimos, nos queríamos tomar nuestras uvas en el Puente de Sant Angelo, y ver los fuegos artificiales con la Cúpula de la Basílica de San Pedro de fondo.
Para cenar escogimos La Locanda del Pellegino, que habíamos visto por la mañana y no tenía mala pinta, y a un precio decente (nos costó 78 euros). Nos presentamos allí sin reserva, y sin ningún problema nos buscaron un hueco. Cuando acabamos de cenar hicieron una especie de guateque para dar la bienvenida al 2015, pero nosotros nos fuimos, nos queríamos tomar nuestras uvas en el Puente de Sant Angelo, y ver los fuegos artificiales con la Cúpula de la Basílica de San Pedro de fondo.
Basilica San Pedro, desde el Puente Sant Angelo |
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