domingo, 13 de marzo de 2016

DIA 1. PIAZZAS DE VERONA

8 de Mayo de 2015


Esta vez no teníamos que pegarnos el madrugón para coger un vuelo. Nuestro avión con destino: Verona, salía a las 12.20h, aunque acabamos saliendo con media hora de retraso.  

Llegamos al aeropuerto de Verona sobre las 14h. Y para llegar hasta el centro de la ciudad cogimos el aerobus (6 eur. solo ida) hasta la estación Porta Nuova, la estación principal de Verona. Y ya desde allí enlazamos con otro bus de línea, con el mismo billete del aerobus teníamos hasta 75 minutos para usarlo en otro transporte de la red, y así nos acercamos hasta donde teníamos el hotel. 

Llegamos al hotel, dejamos las maletas y vamos a comer- Por la hora que era, no nos complicamos mucho, y comimos en la Piazza Bra, enfrente del Arena por 35,75 eur.

La Arena de Verona está considerado como el segundo anfiteatro más importante tras el Coliseo Romano. Este anfiteatro es de la época del emperador Augusto y tenía una capacidad de 25.000 espectadores. Hoy en día, es el mejor escenario para disfrutar de alguno de los conciertos que se celebran en él. 







Con la calor que hacía para las fechas en las que estábamos, nos fuimos a dar una vuelta por Via Giuseppe Mazzini, la shopping street de Verona con tiendas como Gucci, LiuJo, Zara... En pocos minutos llegamos hasta la Piazza delle Erbe, una de las plazas más concurridas de la ciudad, flanqueada por unos preciosos edificios medievales, entre ellos la Torre de Lamberti, con sus 84 metros de altura, y a la que se puede subir (nosotros no lo hicimos) por 6 euros para disfrutar de las vistas de Verona.



  
El calor que hacía nos dejó K.O. y volvimos al hotel a descansar un rato, por una calle paralela a Via G.Mazzini. La verdad que en Verona todas las calles son un encanto.

Retomamos nuestro paseo sobre las 19h, nos compramos un helado y volvemos a Via Mazzini, hasta la casa de Guilietta, con la mala suerte que la acababan de cerrar. Volvimos a pasar por la Piazza delle Erbe, para coger una calle que nos llevase al río, desde donde identificamos al otro lado del río el Castel di Sant Pietro. Nos entraron ganas de cenar en alguno de aquellos restaurantes a orillas del río, pero era un poco pronto para cenar. 


Así que caminamos hasta el Ponte di Pietra, Verona es una ciudad pequeña y muy cómoda de visitar, y aunque parezca que una cosa está lejos de la otra es simplemente un agradable paseo. De camino, nos empezó a llover, con el día tan bueno que había hecho... y nosotros sin paraguas... Ahora sí que llegó la hora de buscar un sitio donde resguardarnos de la lluvia y cenar. Y acabamos en la Piazza dei Signori, una bonita plaza tranquila, a la que se accede desde la bulliciosa Piazza delle Erbe. Cenamos en Impero Pizzeria, por 35 eur.


Volvimos al hotel pasando de nuevo por el Arena de Verona, total... lo tenemos al lado!   
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