miércoles, 9 de julio de 2014

DIA 2. AMSTERDAM EN BICICLETA

23 de Noviembre.

Nos levantamos temprano, hoy va a ser el día en que vamos a por nuestras bicis... El día estaba regulín, con el cielo tapado, pero de momento no llovía... De camino a la tienda de bicis, entramos en un super para comprarnos algo para desayunar. 
Llegamos puntuales a la tienda (no queríamos desaprovechar ni un solo minuto para tener nuestras bicis), todavía no habían abierto. Cuando entramos a la tienda solo veíamos bicis sin frenos (excepto una que se la estaba llevando otra chica), ya me veía yo con una de esas... pero justo llegaron dos chicos a devolver las suyas y esas fueron las nuestras. Total, que nos enseñan a poner el candado, le dejamos un DNI y nos vamos tan felices con nuestras bicis. Yuhuuuuu!! Ahora sí que parecemos unas locales (las bicis no tienen ninguna publicidad) y ale! a pedalear por los canales.

Con la emoción no sabíamos ni para dónde estábamos iendo hasta que nos paramos, miramos el mapa y decidimos ir primero a Vondelpark, la zona verde más grande y más visitado de Ámsterdam.
Por sus caminos nos encontramos con gente corriendo, gente en bicicleta, o simplemente paseando. En las zonas verdes nos encontramos a gente haciendo gimnasia, descansando, con niños....



Seguimos pedaleando dirección a Museumplein, donde está el Museo de Van Gogh, y el Rijksmuseum, los más famosos de la ciudad.           


En la misma plaza están las fotografiadas letras de I amsterdam. (la foto es del día siguiente a primera hora, sino es imposible que no salga nadie entre las letras xD)


Cogimos de nuevo las bicis, y pasamos por Leidseplen Platz, y volvimos a pedalear entre canales hasta llegar al Mercado de las Flores, que está en el canal Singel. Dejamos las bicis en el primer hueco que encontramos. recordando donde la dejábamos para después econtrarla rápidamente, porque habían unas cuantas más... 

El Bloemenmarkt (Mercado de las Flores) estaba lleno de gente, pero aun así, nos dimos un paseo entre bulbos de tulipanes y souvenirs de tulipán. En la misma calle del mercado hay bastantes tiendas de quesos, entre ellas la Henry Moore, donde hicimos una parada para degustar los quesos holandeses. Muy ricos por cierto…





Volvimos a por nuestras bicis y fuimos dirección a la Plaza Rembrandt, en la que había bastante movimiento, rodeada de bares y pubs. 








Recorrimos todo el canal singel, y por fin llegaba mi momento, ir al De Poezenboot, o el barco de los gatos. Me encantan los gatos y cuando me enteré que había un barco con gatitos abandonados, y que pudes ir, verlos, tocarlos, jugar con ellos…. Sabía que tenía que ir a este barco. Nos constó encontrarlo, está en el canal Singel, pero no hay más que un cartelito pequeño en la puerta del barco, que solo lo ves si te acercas. Solo entré yo, a mi amiga no le gustan los gatos… con lo monos que son. Y allí estaban ellos, algunos jugueteando, algunos durmiendo. La verdad que lo tienen bien montado, pues se ha convertido en otra atracción turística de Amsterdam. 






Como estábamos al lado del Barrio de Jordan, decidimos dar un paseo por sus calles. Me pareció un barrio como más chic, con tiendas de moda y cafeterías y restaurantes muy bien decorados, y también recuerdo el olor a gofré que impreganaban las calles… ^^


Nos paramos un momento para mirar donde estaba exactamente la Casa de Anna Frank, no era nuestra intención visitarla, ya que había leído que si no vas con entrada anticipada tienes que hacer mucha cola, y preferíamos pasar la mayor parte del tiempo en bici. Pero almenos, teníamos que ver donde estaba. Dejo la visita pendiente para la próxima vez que visite Ámsterdam, porque creo que tiene que ser muy interesante.  





Justo a unos pasos de la casa de Anna Frank está la Westerkerk







Volvimos a la Plaza Damm, con mucho hambre, después de pasar toda la mañana pedaleando, y no lo pensamos mucho y nos comimos unos bratwursts de los que hacían en el mercadillo navideño.

Por la tarde yo volví a nuestra habitación a descansar un rato, y mi amiga continuó paseando en bici por el barrio de Pijp. 

Ya por la noche nos arreglamos para salir a cenar e ir a un coffeshop, a uno de los tantos que hay en la gran ciudad de los coffeshop. Nos costó escoger uno, entramos a un par que no nos gustó demasiado el ambiente... jejeje Y finalmente entramos en uno que estaba cerquita del hostal. Como anécdota, decir que entramos y salimos a la par que otras chicas, con la diferencia que las otras salieron MUY perjudicadas... Así que cuidadín con lo que os recomiendan en los Coffeshops... 

Desde aquí vuelta a nuestra habitación a dormir... estábamos rebentadas de tanta bici...

2 comentarios:

  1. Dedicar un día a Amsterdam para disfrutar la ciudad con la bicicleta, sin duda de esas cosas imprescindibles que hay que hacer :)

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  2. Hola José Carlos!

    Si, la verdad es que nos gustó mucho la experiencia con nuestras bicis, y totalmente recomendable a todo el que vaya a visitar Ámsterdam.

    Saludos,

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